EL AMOR: UNA EXPLOSIÓN DE VALORES (V Parte)

El N.T. emplea más de 50 veces la frase “unos a otros” o “unos con otros”. Se nos manda amar, orar, alentar, amonestar, saludar, servir, enseñar, aceptar, honrar, llevar las cargas, perdonar, someternos, etc.etc… y es cierto que el contexto de estos versículos es la iglesia y nuestra relación con los hermanos en la fe. Bueno, nuestro hermano en la iglesia es nuestro prójimo, nuestro próximo. Para que todas estas cosas sean una realidad en nuestra manera de vivir, lo primero que tiene que haber es AMOR sincero a nuestro Padre Celestial. El amor a Dios está interrelacionado con el amor al prójimo. El Apóstol Juan diría: “Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto?(1ªJuan 4:20)
¿Cuáles son los valores relacionados con el prójimo? ...

DAVID Y JONATAN. (1ª Samuel 18:1-4); (2ª Samuel 9:3-6-7)
AMISTAD-BONDAD-GENEROSIDAD-MISERICORDIA

No debemos confundir amistad con respeto y. con compañerismo. Podemos mostrar respeto a una persona sin que ésta necesariamente sea nuestra amiga; podemos tener compañeros de cole, de trabajo sin que éstos necesariamente sean nuestros amigos. La amistad es algo más íntimo. Los amigos se escogen. Tú puedes decidir quién quieres que sea tu amigo. Por eso es tan importante que los padres nos preocupemos en conocer a los amigos de nuestros hijos. Sabemos la influencia que ejerce el amigo sobre nuestro hijo/a. Esa influencia puede ser positiva pero también puede ser negativa. El amigo puede ser de ayuda o puede estropearlo. Tener un buen amigo/a es algo muy valioso. “En todo tiempo, ama al amigo, y es como un hermano en tiempo de angustia” (Prov. 17:17) Y la amistad ha de ser recíproca: Yo te doy y tú me das. “El hombre que tiene amigos ha de mostrarse amigo; Y amigo hay más unido que un hermano.” (Prov.18:24) ...

El ejemplo supremo (como siempre) lo tenemos en el Señor Jesús. Jesús es el VALOR personificado.
Todos los valores interpersonales que podamos decir, en Jesús son una realidad.

Esther López (continuará)