“No estamos ganando a los de afuera y estamos
perdiendo a los de dentro. ¿Qué está pasando?”, así comienza el misiólogo Jaime
Memory su artículo “Misional, ¿qué es
eso?” incluido dentro de la revista “Imagina” editada por la Alianza
Evangélica Española.
Te recomiendo leer el artículo entero aquí:
Describe cómo Dios es un Dios misionero que
ha ido delegando su misión en el pueblo de Israel, en su Hijo Jesucristo y ahora en la iglesia.
Se pregunta: “Hacemos discípulos, pero ¿para qué? Plantamos
iglesias, pero ¿para qué?” Su contestación viene en la explicación de Efesios
1:3-10 que resume en las palabras “La misión de Dios es
la extensión de Su Reino hasta que todo se reúna bajo la autoridad de Cristo.”
Explica que “la misión no
es una actividad de la iglesia sino un
atributo de Dios. Dios es un Dios misionero y cada persona de nuestro Dios
Trino participa en este movimiento misionero:
- El Padre envía al
Hijo
- El Padre y el Hijo
envían al Espíritu
- El Padre, el Hijo y
el Espíritu envían a la iglesia – Mateo 28:19,20
Hace mención a una frase de Chris Wright que
resume el adn de una iglesia misional: «La
misión no es nuestra, la misión es de Dios. No es que Dios tenga una misión
para su iglesia, sino que tiene una iglesia para su misión en el mundo.»
Explica también lo que no significa
“misional”: “Misional no es
sinónimo de evangelístico. No se trata de un método para atraer nueva gente a
tu iglesia. Tampoco es sinónimo de misionero. Hay muchas iglesias que son
misioneras, que mandan misioneros, o que establecen puntos de misión o plantan
nuevas congregaciones, pero no necesariamente son misionales. Y tampoco es
sinónimo de emergente. La «iglesia emergente» es un movimiento que intenta
contextualizar la iglesia para una generación posmoderna. No por eso son
misionales.
Entonces ¿qué es una iglesia misional? Alan Hirsch lo define de la
siguiente manera:
«… una comunidad del pueblo de Dios que se define a sí misma, y
organiza su vida en torno a su verdadero propósito de ser un agente de la misión de Dios al mundo. En otras palabras, el
principio organizativo auténtico y verdadero de la iglesia es la misión…”
Explica que “La iglesia es, por definición, una asamblea y desde
sus primeros días los seguidores de Jesús se han congregado, reuniéndose en
casas para comer, orar, aprender de los apóstoles y apoyarse mutuamente (Hechos
2:42-47). Pero además, la iglesia es una comunidad misional y, ya desde sus
comienzos, los seguidores de Jesús se han visto como los agentes de la misión de Dios en el mundo. Ambas
perspectivas son esenciales.”
Memory hace la distinción entre una iglesia que se centra en un
edificio, en reuniones, en programas y en atraer a gente para que vengan a ella
(y que convierte muchas veces a los creyentes en “consumistas” de reuniones) y
una iglesia misional que no se enfoca en atraer a la gente a reuniones de la
iglesia, sino busca ser iglesia en medio
de la gente.
La conclusión es por tanto que una iglesia misional no se enfoca en preparar y capacitar a los
miembros para unas pocas horas de servicio dentro de la iglesia; más bien se enfoca en preparar y capacitarlos para
que en sus trabajos, entornos sociales y relaciones en el mundo impacten con el
evangelio encarnado en ellos.
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