El segundo artículo que encontramos en la
revista “Imagina” sobre “Iglesia misional” es el del profesor en teología Samuel Escobar. En él establece
que Jesús es nuestro
modelo para la realización de la misión cristiana. ¿Cómo impactó Jesús en su misión? Samuel Escobar describe que la
presencia de Jesús fue “presencia transformadora, sanadora, desafiadora,
inquietante, profética, que llama al cambio radical y a la entrega. Es
presencia registrada por los testigos en acciones concretas de acercamiento a
los pobres, de curación a los enfermos, de enseñanza a los ignorantes, de
bondad hacia los niños, de apertura hacia los marginados, de perdón a los
arrepentidos, de crítica a los poderosos y los corruptos. Y en la culminación
de todo ello, de entrega por nuestra salvación.”
Samuel considera también seis elementos como
componentes de la misión de la iglesia, que de alguna manera han persistido a
lo largo de los siglos, aunque tomando formas diversas:
Evangelización – es la comunicación
del Evangelio que se realizaba
fundamentalmente por medio de la predicación o anuncio de la Palabra, (kerigma). La invitación a creer en
Cristo que se comunica en la predicación o de manera personal.
Enseñanza –
en el sentido de discipulado, es decir, de formación de las personas que han
aceptado el Evangelio. Una enseñanza sobre las consecuencias de haber creído y
el compromiso con el Señor y su iglesia que con ello se adquiere (didajé).
Comunión -
es decir, la vida en común, la práctica de la hermandad, las relaciones entre
los miembros de la iglesia, el pastoreo mutuo, y la práctica pastoral que
conduce a la comunidad (koinonia).
Liturgia –
la alabanza y la oración comunitaria, así como el cumplimiento de ordenanzas
como el bautismo de creyentes y el partimiento del pan.
Servicio
– el
cuidado mutuo, servicio a las necesidades de los miembros y de personas
necesitadas que se acercan a la iglesia y que requiere una variedad de tareas
prácticas que caen bajo el término diaconía.
Testimonio
–
Todo lo anterior viene a ser la proyección de la presencia de la iglesia que por obra y palabra comunica los valores
del Reino de Dios, la clara enseñanza de Jesús que en más de un punto contrasta
con la vida del mundo fuera de la iglesia: el testimonio de vida (marturia).
Y termino con unas palabras que el autor menciona haciendo
referencia al Pacto de Lausana donde
claramente se expresa que todos los que creen son llamados a identificarse con
una nueva comunidad, la iglesia:
“…la evangelización misma es la proclamación del Cristo histórico
y bíblico como Salvador y Señor, con miras a persuadir a las personas a que lleguen
a él personalmente y así se reconcilien con Dios. Al hacer la invitación
del Evangelio no tenemos libertad de ocultar el costo del discipulado. Jesús
todavía llama a los que quieren seguirlo a que se nieguen a sí mismos y que tomen
su cruz, y a que se identifiquen con su nueva comunidad. Los resultados de la evangelización
incluyen la obediencia a Cristo, la incorporación a su iglesia y el
servicio responsable en el mundo.”
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