Hace unas semanas nos
solicitaron a los estudiantes de Academia de la Biblia que hiciéramos un
ejercicio que consistía en “twittear” algunos pasajes de la carta a los Gálatas. Ese ejercicio fue muy beneficioso para mí y lo repito ahora con la
carta a los Colosenses. Este es el resultado:
Pablo escribe a "los
santos y fieles hermanos en Cristo que están en Colosas", ¿podría
describirnos así si nos escribiera a nosotros?
"La fe, el amor y la
esperanza de los creyentes en Colosas llegaron a oídos de Pablo, aún sin
conocerlos", (Col 1:4-5) ¿cómo somos conocidos los creyentes hoy?
Pablo no cesaba de orar que
los creyentes en Colosas fueran llenos del conocimiento de la voluntad de Dios
en toda sabiduría e inteligencia, ... ¿para qué? Para que andaran como es digno
del Señor. (Col 1:9-10) Unamos la sana doctrina con la sana práctica.
"Llevando fruto en toda
buena obra" (Col 1:10) Nuestra salvación no es POR buenas obras pero sí
PARA buenas obras.
"Fortalecidos con todo
poder... para toda paciencia" (Col 1:11). Para ser pacientes necesitamos
ser fortalecidos con todo poder... ahora entiendo…
"el cual nos ha librado
de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo"
(Col 1:13) Dos reinos: el de las tinieblas y el de la luz. Solo a través de
Jesús podemos ser trasladados de uno a otro.
"Todo fue creado por
medio de Él y para Él" (Col 1:16) Yo incluida.
"y él (Jesús) es la
cabeza del cuerpo que es la iglesia" (Col 1:18) Me preocupa ver personas
apropiándose de la iglesia como si fueran su cabeza.
Somos reconciliados con Dios
a través de Cristo (Col 1:21-22). Nos toca permanecer firmes en la fe (Col
1:23)
Según Pablo el evangelio se
predicaba "en toda la creación que está debajo del cielo" (Col 1:23)
Miro por mi ventana al cielo y veo mucha creación que no ha escuchado el
evangelio...
"... a fin de presentar
perfecto en Cristo Jesús a todo hombre (y mujer)", (Col 1:28) ese es el
fin de la enseñanza, parecernos más a Jesús.
En Cristo están escondidos
"todos los tesoros de la sabiduría y el conocimiento" (Col 2:3).
¡Conozcamos pues más a Cristo!
“…arraigados y edificados en
él” (Col 2:6), no habrá otra manera de soportar los embates de la vida: raíces
profundas, fundamento firme.
“Buscando las cosas de
arriba” (Col 3:1), el creyente tiene los pies en el suelo pero la cabeza en el
cielo.
Hay lucha entre la vieja y
la nueva naturaleza pero hay que ir renovándose en la nueva. Col 3:5-10
Inmoralidad sexual, avaricia
que es idolatría: vieja naturaleza. (Col 3:5)
Enojo, ira, malicia,
calumnia y lenguaje obsceno: vieja naturaleza. (Col 3:8)
La mentira forma parte de la
vieja naturaleza por si algunos de la nueva no se han enterado. (Col 3:9)
El afecto entrañable, la
bondad, humildad, amabilidad y paciencia forman parte de la nueva naturaleza.
(Col 3:12)
¿Cómo debemos perdonar? “Así
como el Señor nos perdonó” (Col 3:13)
El mejor vestido en toda
temporada… el vestido del amor. (Col 3:14)
“Llenos de gratitud”, (Col 2:6);
“Y sed agradecidos” (Col 3:15) ¿Quizá siendo agradecidos estaremos llenos de
gratitud? Todo es probar.
“La Palabra de Cristo more
en abundancia en vosotros” (Col 3:16) Abundancia: gran cantidad de algo, en
este caso “gran cantidad de la Palabra”. A buen entendedor…
Formas de enseñarnos y
aconsejarnos (Col 3:16): cantando salmos, himnos y canciones espirituales. La
música también tiene su parte. A buen entendedor…
Todo lo que hacemos, de
palabra o de hecho… todo en el nombre del Señor Jesús. (Col 3:17)
“El que hace injusticia,
recibirá la injusticia que hiciere”. (Col 3:25) Cumplimiento de la ley de la
siembra y la siega. A buen entendedor…
“Perseverad en la oración”.
(Col 4:2). Perseverar: mantenerse firme y constante.
“Para que el Señor nos abra
puerta para la palabra” (Col 4:3) Pidamos que el Señor abra puertas para que
podamos compartir el evangelio, y luego entremos y compartamos dejando los
resultados a Dios.
“Andad sabiamente…
aprovechad el tiempo” (Col 4:5)
“Que vuestra conversación
sea siempre amena y de buen gusto” (Col 4:6). Mientras te tomas el café con una
amiga y hablas de otros también.
Algunos amigos de Pablo eran
para él una ayuda en el reino de Dios y un consuelo. (Col 4:11) Busquemos algún
“Pablo” al que poder consolar y con el que podamos extender el reino de Dios.
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