sábado, 18 de julio de 2020

“Renovarse o morir” (Pasado, presente y futuro de las Asambleas de Hermanos) de Terence-Pablo Wickham Ferrier



Compré este libro en octubre de 2019 con motivo de la presentación de otro libro relacionado con las Asambleas de Hermanos sobre la vida del matrimonio misionero formado por Ernesto y Gertrudis Trenchard. Aprovechando que estaba el autor, Pablo Wickham, me atreví a pedirle que me lo dedicara, algo que hizo con mucho placer ya que recordaba el tiempo que había pasado con mi familia en sus visitas a Linares. Me decía en la dedicatoria que esperaba que este libro me sirviera de ayuda y orientación en mi andar con el Señor y mi servicio en su iglesia, siempre para la gloria de Dios. El tiempo dirá si su deseo se hace realidad, yo por mi parte he leído dos veces el libro y me he identificado bastante con el autor en sus conclusiones.
Ante la disyuntiva de “renovarse o morir”, la respuesta esperada sería elegir renovarse pero cuando esta disyuntiva se presenta delante del movimiento eclesial en el cual he nacido, me he criado y he pertenecido hasta ahora, oigo más voces que o bien dicen “morir” o simplemente no dicen nada porque no ven la necesidad de ni siquiera tener que plantearse la pregunta, y como si de un viaje en avión se tratara, el piloto automático se encarga de seguir la marcha. He notado que muchas asambleas se sienten satisfechas con tener una reunión semanal de oración programada y un culto dominical que incluya la participación en la mesa del Señor y la predicación. Sin embargo, si somos creyentes 24 horas al día, 7 días a la semana, esta concepción de iglesia se me queda muy corta.
Pablo Wickham nos hace un recorrido histórico de cómo comenzó el movimiento de las Asambleas (en los años 20-30 del siglo XIX) y no esconde como ya al principio se produjo la primera división (he visto muchas entre las Asambleas como si ese ADN también formara parte de las iglesias que han ido surgiendo) entre los que se llamaron Hermanos Cerrados y Hermanos Abiertos.
La primera parte se titula: “Recordando con gratitud nuestras raíces”, creo que el autor es conocedor que muchas de las conclusiones le van a traer tanto detractores como personas que le apoyarán pero quiere decirlo todo desde la gratitud a aquellos que comenzaron este Movimiento.
El autor sumariza los principios distintivos del Movimiento de los Hermanos Abiertos:
-      La centralidad de la Cena del Señor.
-      La sola Escritura. “La Palabra de Dios es nuestra única norma de fe y conducta” recuerdo escuchar desde mi niñez.
-      La iglesia local compuesta solo de creyentes.
-      La devoción total a Cristo.
-      El sacerdocio universal de todos los creyentes.
-      La libertad del Espíritu Santo.
-      El supremo imperativo de la predicación del Evangelio y la obra misionera.
-      La total dependencia de Dios para cubrir todas las necesidades financieras de la Obra, tanto las personales como las comunitarias.
-      La esperanza del pronto retorno del Señor.

La segunda parte lleva por título “Reflexionando con honestidad sobre nuestro presente” (reconociendo errores y reevaluando aciertos).
Entre los errores reconoce no haber sabido diferenciar entre lo fundamental y lo que es contextual, no haber buscado ni mantenido una mayor comunión con otros hermanos en la fe, una excesiva independencia entre las iglesias locales, un peso y poder de los líderes locales excesivo y suspicacia exagerada para organizar o planificar relaciones entre iglesias para ciertos fines.

La tercera parte lleva por título: “Renovando con esperanza nuestra visión” (del presente al futuro), donde se hace un análisis de lo que significa la renovación y cómo conseguirla. Se hace un llamamiento a hacer un esfuerzo en dos direcciones: hacia la Biblia y hacia la sociedad para conocer de cerca sus problemas y explicar el remedio por la aplicación de la Palabra.
Menciona 10 implicaciones que esta renovación conllevará, entre las que destaco: un mayor compromiso en oración, la formación de líderes más jóvenes, un mayor compromiso con la evangelización y la obra misionera, la fundación de nuevas iglesias, un mayor compromiso social y la última que de forma literal expresa “un mayor compromiso para reconocer que no podemos seguir con las normas de la sociedad anglosajona del siglo XIX en cuanto al rol público de las mujeres”.
El libro termina con un capítulo extra dedicado a los líderes titulado “La tarea pastoral hoy” y con apéndice con preguntas para reflexión o coloquio en grupos.
Termino con la reflexión de la contraportada: “… la pregunta es si la mayoría de nuestras congregaciones realmente desean cambiar o, si deseándolo, están dispuestas a darle la alta prioridad que merece”.
La disyuntiva continúa: “Renovarse o morir”.

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