miércoles, 5 de agosto de 2009

Daimiel Amiga (Testimonios)

Una de las sesiones de trabajo fue hablar sobre cómo contar nuestro testimonio a la hora de compartir el evangelio para “presentar la realidad y el poder transformador de Dios”, es decir explicar cómo era nuestra vida antes de conocer a Dios de una manera personal, cómo fue el proceso de llegar a aceptar la salvación que Dios ofrece y cómo ha sido nuestra vida después, todo contado brevemente y con el lenguaje más sencillo posible. Varias personas contaron su testimonio y sin mencionar los nombres (porque de hecho no los recuerdo) quiero compartiros algo sobre lo que dijeron.

- M es un hombre adulto, se pasó más de 20 años en la cárcel por robo y drogas, una de las veces que salió de la cárcel su familia (madre y hermanos) le pidió que se fuera porque sólo les causaba problemas. Decidió que la vida ya no tenía sentido e intentó suicidarse, mientras notaba que la vida se le iba (por sobredosis) le tuvo miedo a la muerte. Cuando despertó fue a un Centro a pedir ayuda. Le hablaron de la Biblia. Experimentó lo que la Biblia llama “nuevo nacimiento”, es decir, Dios le dio una nueva vida, ahora tiene una familia y trabajo. Por eso ha venido a estas Jornadas (y creo que cada verano lo hace) para compartir con otros el significado de tener una relación personal con Dios.

- K es una chica joven, de pequeña sus padres la llevaban a la iglesia y le gustaba cantar y recitar poesías, en la adolescencia sus padres se divorciaron y ella empezó a ser muy crítica con todos los temas espirituales, dejó la iglesia, los estudios, perdió el “norte” en su vida, alguien la invitó de nuevo a la iglesia, ella se encontraba muy mal y volvió a ir, fue aceptando la vida de otra manera, conoció a Jesús de una forma personal. Hace unos meses que se ha bautizado y ahora quiere compartir su fe con otros.

- N es otra chica joven, de pequeña fue abusada sexualmente y sentía una culpa inmensa, ahora ha sido sanada emocionalmente a través de experimentar el amor de Dios en su vida.

- V es una mujer que trabaja como médico, de joven estudió en un colegio religioso católico y a través de unos ejercicios espirituales entregó su vida a Cristo. Conoció a un joven evangélico que le compartió su fe. Siguió estudiando la Biblia y se dio cuenta que algunas de las doctrinas y prácticas católicas no estaban de acuerdo con la Biblia. Tenía mucho temor pero decidió unirse a una iglesia evangélica por ver más coherencia bíblica.

- J es un joven adulto, creció en una familia “evangélica”, le gustaba mucho el deporte y se “rebotó” cuando no le dejaron participar en actos deportivos por celebrarse en domingo, tuvo muchos conflictos y se queja de los “legalistas” que hay dentro de la iglesia y que no le ayudaron nada. Da gracias porque algunos le explicaron que primero tenía que aclarar su compromiso con Dios y todo lo demás vendría después. Ahora puede aconsejar a personas que están pasando por lo mismo que él.

No todos los testimonios se compartieron en el grupo grande ya que cada día se siguen compartiendo en grupos pequeños.

Hubo lágrimas en algunos de ellos, el ver personas tan diferentes contando “su historia” fue emocionante. Aunque sé que Dios transciende a cualquier testimonio nuestro, es decir, aunque tú dijeras “su mensaje no es para mí”, su Verdad y su Realidad seguirían estando ahí. Ojalá que tú también tengas una historia (testimonio) para contar.

2 comentarios:

Isa dijo...

¡Qué lindo mi Eva! Me han dicho sobre el ABC de la transmisión del evangelio: Audible, Breve y Cristocéntrico. Y aunque no domino todavía, dicen que "la práctica hace al maestro", je,je, así que "practico". Creo que es lo mejor. Hermosos testimonios.
Besitos amada guerrera.

elim-el oasis de Eva dijo...

Gracias Isa, espero no olvidar las reglas del ABC que compartes.
Un abrazo fuerte