La bendición

Ayer por la tarde íbamos en el coche camino al local de la iglesia para asistir a la reunión de despedida de la familia Nordgren. Le pregunté a Víctor si recordaba donde estaba la “bendición” que los sacerdotes repetían al pueblo, sabía que era en el libro de Números, pero no el texto exacto, Víctor no se acordaba tampoco. Se lo pregunté porque pensé que sería un buen texto para despedir a nuestros amigos, pero como no me encontraba bien de salud preferí ni siquiera hacer el intento de buscarlo (de hecho en mi bolso solo llevaba mi N.T). Mi sorpresa fue cuando uno de los responsables de la iglesia tuvo unas palabras de agradecimiento y para terminar dijo que todos nos pusiéramos de pie y leyéramos Número 6:24-26. y allí, en la pantalla aparecieron estas palabras (más o menos):

“El Señor os bendiga, y os guarde;
El Señor haga resplandecer su rostro sobre vosotros,

y tenga de vosotros misericordia;
El Señor alce sobre vosotros su rostro, y ponga en vosotros paz.”

Víctor me miró y yo sonreí.

Buscando en un diccionario encontré la siguiente definición de "Bendición": Invocación del apoyo activo de Dios para el bienestar y la prosperidad, o el recibimiento mismo de estos bienes (Dt 28.8).
Y en el comentario de Mathew Henry podemos leer: “Los sacerdotes tenían que bendecir solemnemente al pueblo en el nombre del Señor. Estar bajo la omnipotente protección de Dios nuestro Salvador; disfrutar su favor como la sonrisa de un Padre amante o como los tibios rayos del sol; mientras que Él perdona misericordiosamente nuestros pecados, suple nuestras necesidades, consuela el corazón y nos prepara por su gracia para la gloria eterna; estas cosas forman la sustancia de esta bendición y la suma total de todas las bendiciones.”

Creo que no hay una manera mejor de empezar la semana que compartir esta bendición con vosotros, mis lectores, y pedirla para mí y mi familia. ¡Que el Señor os bendiga!