Matrimonios emocionalmente inteligentes.

Le estoy dando una nueva lectura al libro “Las siete reglas de oro para vivir en pareja” del profesor emérito de psicología John M. Gottman y la periodista Nan Silver. Sobre los matrimonios emocionalmente inteligentes dice que “en sus vidas cotidianas han adquirido una dinámica que impide que sus pensamientos y sentimientos negativos sobre el compañero (que existen en todas las parejas) ahoguen los positivos”, por tanto, sabrá comprender y respetar al compañero y la relación. Porque, ¿qué debería ofrecer un matrimonio? Amistad, apoyo, comprensión, respeto, atención y cariño. ¿Por qué está costando tanto que los matrimonios perduren cuando estamos tan necesitados de estos ingredientes en nuestras vidas y familias?

 

Según Gottman, una de las razones más tristes por las que un matrimonio fracasa es que ninguno de los cónyuges reconoce su valor hasta que es demasiado tarde…

 

Me gusta pensar que los cristianos tenemos herramientas extras para que nuestros matrimonios sean emocionalmente inteligentes… al Espíritu Santo en nuestras vidas, la guía de la Palabra, la oración para pedir sabiduría al Padre. Tengo que reconocer que, a veces, mirando a mi alrededor pierdo la esperanza…

 

“Cobren ánimo y ármense de valor, todos los que en el Señor esperan” (Salmo 31:24)

“Encamíname en tu verdad, ¡enséñame! Tú eres mi Dios y Salvador; ¡en ti pongo mi esperanza todo el día!” (Salmo 25:5)