jueves, 16 de abril de 2015

"Salmo 3... enfrentando la ansiedad"




Cuando David escribió este salmo era rey... pero un rey que estaba huyendo de la sublevación de uno de sus propios hijos. Los enemigos se le habían multiplicado (v.1) y para socavar su confianza en Dios le hacían dudar diciéndole que esta vez Dios no lo salvaría (v.2)

En esta situación David exclama: "Pero tú, Señor, me rodeas cual escudo... ¡tú mantienes en alto mi cabeza!" (v.3). Cuando nos sentimos deprimidos es natural que nuestra cabeza (y todo nuestro cuerpo) se venga abajo, pero David se sabe sostenido y vindicado por Dios mismo. Es por eso que en aquellas noches de incertidumbre él puede descansar: "Yo me acuesto, me duermo y vuelvo a despertar, porque el Señor me sostiene" (v.5)

Dios tiene el control de cada circunstancia, acudamos a Él siempre, en nuestra noche oscura también...

 

"En paz me acuesto y me duermo,
porque sólo tú, Señor,
me haces vivir confiado."
(Salmo 4:8)
 
 

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