jueves, 10 de enero de 2013

Etapas en la vida (Lucas 2:21-40)


Como algunos ya habréis notado estoy estudiando el evangelio de Lucas, mis apuntes de esta semana para el pasaje de Lucas 2:21-40 han sido confeccionados después de una lectura detenida del pasaje y mirando diversos comentarios bíblicos. Al final elegí el título de “Etapas en la vida” porque en el texto se ven reflejadas la infancia, la edad adulta y la ancianidad y cómo en cada una de estas etapas podemos cumplir el plan de Dios para nuestras vidas.

Etapas en la vida (Lucas 2:21-51)

 
1.- Haciendo las cosas con orden. (21-24)

“Las familias judías acostumbraban llevar a cabo ceremonias luego del nacimiento de una criatura. Jesús procedía de una familia que se esforzaba en honrar a Dios.

(1) Circuncisión. A cada niño se le circuncidaba y se le ponía nombre después del octavo día de su nacimiento (Lev_12:3). La circuncisión simbolizaba la pertenencia al pueblo judío y originariamente  su relación especial con Dios

- Circuncisión de Jesús, puesta del nombre: Jesús (significa “Salvador”). Las palabras del ángel fueron: “…Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados”. (Mat 1:21)

 
(2) Redención del primogénito. El hijo primogénito se presentaba un mes después de su nacimiento (Num_18:15-16). La ceremonia incluía volver a comprar "redimir", el niño de Dios mediante una ofrenda. Además, los padres tenían en mente que el niño pertenecía a Dios, quien es el único que tiene poder para dar vida.

 
(3) Purificación de la madre. Cuarenta días después del nacimiento de un hijo y ochenta días después del nacimiento de una hija, la madre permanecía impura ceremonialmente y no podía entrar al templo. Al final del tiempo de separación, los padres iban y traían un cordero para ofrecerlo y una paloma en ofrenda por el pecado. El sacerdote podía sacrificar estos animales y declarar su pureza. Si un cordero era caro, los padres podían traer una segunda paloma en su lugar. Esto es lo que María y José hicieron.

Jesús era el Hijo de Dios y su familia llevó a cabo estas ceremonias de acuerdo a las leyes de Dios. (v-23) El no nació bajo la Ley, en cambio y a pesar de esto, la cumplió a la perfección para dejarnos su ejemplo.”

 Aplicación: “Es bueno hacer las cosas como Dios manda.”

 
2.- El anciano Simeón y el bebé. (25-35)

- Era justo y devoto.

- Aguardaba con esperanza la redención de Israel. (Esperaba al Mesías)

- El Espíritu Santo estaba con él. (Tenía una relación personal con Dios)

- Había tenido una revelación de que no moriría sin ver al Mesías.

- “Movido por el Espíritu” fue al templo (v.27), no debemos resistirnos a la guía del Espíritu.

- “Lo tomó en sus brazos y bendijo a Dios” (v.29-32):

- Está tranquilo en cuanto a su futuro.

- Reconoce que ese bebé es el Salvador.

- Una salvación para todos los pueblos. Estamos incluidos tú y yo en ese llamado, Jesús hoy también quiere salvarnos de nuestro pecado y restaurar nuestra relación con Dios.

- El bebé será luz para las naciones y gloria del pueblo de Israel. Dios quiere cambiar nuestra vida de oscuridad por una nueva vida.

- Anticipa las reacciones que ese bebé despertará: “caída y levantamiento” “manifestará las intenciones de muchos corazones”. Con Jesús no habría una posición neutral, la gente lo aceptaría con alegría o lo rechazaría por completo. Igual hoy: ¿cuál es nuestra actitud ante Jesús y hacia su mensaje? ¿lo vemos solo como un buen maestro? ¿alguien bueno que sufrió mucho sin merecerlo? Él quiere ser tú Salvador.

- Anticipa el dolor que experimentará María. (v.35) Al verle rechazado por muchos, y en su expresión más amplia se manifestará en la muerte de cruz.


3.- La anciana Ana y el bebé. (36-40)

    - De profesión profetisa. El papel principal de los profetas era hablar de parte de Dios y proclamar su verdad.

   - Muy anciana.

   - De día y noche adoraba a Dios con ayunos y oraciones.

   - Reconoció al Mesías en el bebé.

   - Comenzó a hablar del niño a los que esperaban la “redención de Jerusalén”.

 

A pesar de que Simeón y Ana eran muy ancianos, tenían la esperanza de que verían al Mesías. Guiados por el Espíritu Santo, fueron los primeros en testificar de Jesús. En la cultura judía, los ancianos eran muy respetados y las profecías de Simeón y Ana tenían un peso mayor debido a la edad avanzada. Nuestra cultura, sin embargo, valora más la productividad que la sabiduría y experiencia de los mayores, pero para Dios somos importantes cualquiera que sea la etapa que estemos viviendo. Aún en la ancianidad podemos servir a Dios.

 

Aplicación: Vemos como las personas fieles respondían a las responsabilidades que Dios les había dado en el momento en que vivían. Podemos imitar esa actitud ante las responsabilidades que Dios nos da hoy.

 

Simeón: seguir fielmente a Dios y servirle con alegría y entrega. Paz ante la hora de la muerte. Hacer aquello que Dios le ha llamado a hacer. El momento oportuno de su vida y de su muerte están en las manos de Dios.

Ana: la constancia de la fe hasta el fin de nuestras vidas. Nunca es tarde para ser objeto de la obra de Dios, ni para servirle. “Adoraba a Dios con ayunos y oraciones” (v.36)

¿Cómo es la adoración que Dios busca? Jn 4:24 “Dios es Espíritu y quienes lo adoran deben hacerlo en espíritu y en verdad”. Podemos adorar a Dios en cualquier lugar.

Hebreos 10:19-25 Tenemos acceso directo a Dios, pero ¿cómo nos presentamos ante Él? (leer 19 y 22).

 

Aplicación: ver a Jesús es ver la salvación de Dios. Ver a Jesús es ver la luz y la revelación de Dios. Jesús no está de un modo visible en la tierra, pero sí lo está mediante su cuerpo: la iglesia. Todos los que hemos creído. (Ef 1:22-23)

Por medio de nuestro servicio, las personas tienen la oportunidad de ver a Jesús. (Mat 25:40 y 44-45) El servicio a los necesitados es servicio a Jesús. Ahora somos sus seguidores los que servimos a los necesitados en su lugar y en su nombre.

 
4.- El bebé empezó a crecer… (v. 40)

Lo que deseamos para nuestros hijos: crecía, se fortalecía, progresaba en sabiduría, y la gracia de Dios lo acompañaba.

 
Fue importante para Jesús, y debiera serlo para todos las personas, desarrollar armoniosamente cada uno de estos campos básicos: físico, mental, social y espiritual. Si el ejercicio es tan valioso para el bienestar físico, ¿es sabio matar de hambre nuestro ser interior?

 

3 comentarios:

Isa dijo...

Gracias, Eva, por este esfuerzo tuyo. No cabe duda que las mujeres somos buenas dando las cosas que han sucedido, je,je, lo digo porque Lucas buscó en las mujeres que anduvieron con Jesús la información de su evangelio. Y yo estoy estudiando el evangelio según San Juan. ¡Increíble como el Señor le cambió de ser un boanerges al Apóstol del Amor!
Besitos!!!!

Isa dijo...

Lo olvidaba: ¡Gracias por ir al Manantial!!!!!
I love you.

elim-el oasis de Eva dijo...

Querida Isa, ¡qué bien que las dos estemos estudiando los evangelios! cada uno nos ayuda a tener un cuadro más exacto de Jesús y sus enseñanzas.¡Que el Señor te bendiga mucho en este nuevo año! Un abrazo fuerte hasta Veracruz.