martes, 14 de agosto de 2012

“La voz que despertó al mundo”: breve biografía de George Whitefield.



Gracias a una amiga, que compartió uno de sus libros conmigo,  he podido leer la biografía titulada: “The voice that woke the world” (“La voz que despertó el mundo”) de George Whitefield (1.714-1.770). En múltiples ocasiones había oído hablar sobre el “despertar” espiritual que se había producido en Inglaterra y EE.UU. en varias épocas, una de ellas coincide con la predicación que de forma itinerante llevó a cabo George Whitefield.
Es muy interesante observar el proceso que llevó a Whitefield a pasar de querer conseguir la salvación de su alma mediante sus propios esfuerzos humanos hasta descubrir por medio de su lectura de la Biblia de que la salvación se obtenía por fe mediante el “nuevo nacimiento” que Dios opera en la persona arrepentida. Éste sería el  mensaje que estuvo proclamando desde su primera predicación, siendo muy joven,  hasta la noche del día de su muerte. En ese transcurso de tiempo visitó las colonias británicas en América varias veces,  viajando también  a Escocia, Irlanda, Gales… haciendo su labor de predicación al aire libre principalmente. Contaba con una voz prodigiosa y de gran alcance por lo que el mensaje podía ser  escuchado por audiencias de miles de personas.
Si queréis saber más sobre la vida y obra de George Whitefield en español podéis leer este enlace de la Wikipedia y este otro que aparece en la página web de una iglesia de Ciudad Real.

De todo lo que he leído hay varias cosas que me llaman la atención, una de ellas es la oración que hizo al llegar a Londres: “Despierta esta ciudad para ti, Señor Jesús”.  Pensé en si cada creyente…, cada día…, intercediéramos por la ciudad en la que vivimos de esta manera sencilla pero a la vez estuviéramos dispuestos a ser parte de la contestación de Dios…
También en una ocasión le dijeron: “No tienes todavía 24 años y Dios te ha dado un ministerio a través de Inglaterra y América. Tu nombre es bien conocido en Irlanda, en Gales y en Escocia también.” A lo que Whitefield contestó: “Dios está bendiciendo Su obra… y solo puedo darle la alabanza a Él”. Por un lado vemos su juventud pero también su madurez al darle toda la gloria a aquel que lo había llamado… Muy bien se podrían aplicar en él las palabras de Pablo a Timoteo:  Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza…” (1Ti 4:12).
También me llama la atención la oposición que sufrió tanto de las personas que no tenían temor de Dios y que veían peligrar sus negocios de bebida y espectáculos como de los “religiosos oficiales” que le cerraron las puertas de sus iglesias para que no predicara en ellas. Pero Dios abrió una nueva puerta y Whitefield empezó a predicar en las calles y en los campos lo que permitió que más personas oyeran el evangelio, algunas de las cuales nunca habrían entrado en el local de una “iglesia oficial” de la época…

Whitefield es recordado como “la voz que despertó al mundo” (se piensa que fueron varios millones de personas en total  los que escucharon su predicación a lo largo de su ministerio) pero quizá lo importante…  es si su ejemplo puede despertarnos a ti y a mí…

Encontré este video titulado “George Whitefield and the 18th Century Revivalscomo está tanto en inglés como español aquí os lo dejo por si tenéis el tiempo y el interés para verlo:


1 comentario:

Isa dijo...

¡Wow! Mi querida Eva, muchísimas gracias por colocar esto. Sabía algunas pocas cosas de Whitefield, pero después de haber escuchado este relato, pensaba que lo que nos falta hoy en día a todos los que decimos que creemos en Cristo es ¡PASIÓN POR ÉL!
El Señor a través de su Espíritu nos siga moviendo, teniendo nuestra vista puesta en la eternidad cuando hemos de estar con Él.
Besitos.