Retomo de nuevo el comentario de los libros que he leído últimamente. Éste que os presento hoy me lo prestó una amiga y ya cuando ella lo leía me decía "te lo tengo que dejar cuando lo termine porque sé que te va a gustar..." Y no se equivocaba porque ha sido una de los libros que más me ha "tocado" en mi interior... Aquí va el comentario:
Título: “Experiencias que glorifican a Dios”
Autor: Antonia Conesa López
Producción Editorial: Publicaciones Andamio
Autor: Antonia Conesa López
Producción Editorial: Publicaciones Andamio
Nº de páginas: 346
¡Qué libro tan inspirador… ¡ Si la autora comenzaba diciendo que “Es el deseo de mi corazón que, con la lectura de este libro, ustedes salgan bendecidos y enriquecidos, considerando las diversas oportunidades que, durante el transcurso de nuestra vida, el Señor nos da para servirle… “ en mi caso se ha cumplido con creces. Aunque este libro contiene muchos apuntes biográficos no nos encontramos ante una autobiografía, sino que es un libro, como bien dice el título, de experiencias de una mujer que ha amado a Dios sobre todas las cosas y que desde su conversión quiso dedicar su vida al servicio de aquel que la amó y dio su vida por ella.
Antonia Conesa nació en Málaga en el año 1.919 pero conoció el evangelio en Barcelona siendo bautizada allí en el año 1.951. Alentada por la misionera María Bolet decidió ir a estudiar a la Escuela Bíblica de señoritas de Tánger (1.953-1.956). De allí regresó a España como misionera ubicándose nuevamente en Barcelona donde fue pionera en la realización de Campamentos Bíblicos de verano para niños y jóvenes. También se dedicó a la enseñanza entre mujeres y en la Escuela Dominical tanto con los niños como en la preparación de maestros.
Me encantó su explicación del verso: “Id por todo el mundo”: “Estas palabras para mí fueron muy fuertes cuando las leí y comencé después en el ministerio en la Obra del Señor… más tarde me di cuenta que el mundo comenzaba a mi alrededor entre las personas con quienes vivía, con las que hablaba, con las que me tropezaba, eso era el mundo también…”
Otra anécdota que se me ha quedado grabada ha sido la que le ocurrió en un viaje en tren cuando volvía junto con otras jóvenes estudiantes de la Escuela Bíblica de Tánger a pasar el verano en España. Compartían compartimento con un joven que las observaba cómo cantaban y hablaban con entusiasmo. A la hora de comer el joven se marchó pero Antonia se había dado cuenta de que él no tenía comida y quizá por eso se había marchado. Decidió buscarle y ofrecerle un bocadillo. El joven se sorprendió por el ofrecimiento y comenzó a hacerles preguntas y cuando ellas compartieron el evangelio les confesó que no tenía equipaje porque había decidido suicidarse ya que las cosas no le iban bien. La historia es más larga pero solo deciros que finalmente el joven creyó en Jesús y se integró en una iglesia… me quedé pensando en cómo las cosas pequeñas (un bocadillo) pueden marcar la diferencia y aprendí (o recordé) que cuando el Señor nos ponga algo en el corazón debemos hacerlo sea grande… o pequeño.
En otro momento la autora escribe: “… Ahora que han pasado los años , voy sacando, del cofre de mis recuerdos, historias, experiencias vividas que quedaron grabadas en mi mente y que, al recordarlas, me hacen dar gracias a Dios viendo su mano, su poder y su gran misericordia…” y así van pasando los capítulos recordando las experiencias vividas en sus primeros años de creyente, el comienzo de los campamentos, las visitas a los pueblos a predicar el evangelio, su ayuda en el colegio evangélico de Barcelona, su trabajo como consejera en múltiples ocasiones y un largo etcétera. Para el final guarda una última confesión pero hay que leerlo para saber de qué trata…
¡Qué libro tan inspirador… ¡ Si la autora comenzaba diciendo que “Es el deseo de mi corazón que, con la lectura de este libro, ustedes salgan bendecidos y enriquecidos, considerando las diversas oportunidades que, durante el transcurso de nuestra vida, el Señor nos da para servirle… “ en mi caso se ha cumplido con creces. Aunque este libro contiene muchos apuntes biográficos no nos encontramos ante una autobiografía, sino que es un libro, como bien dice el título, de experiencias de una mujer que ha amado a Dios sobre todas las cosas y que desde su conversión quiso dedicar su vida al servicio de aquel que la amó y dio su vida por ella.
Antonia Conesa nació en Málaga en el año 1.919 pero conoció el evangelio en Barcelona siendo bautizada allí en el año 1.951. Alentada por la misionera María Bolet decidió ir a estudiar a la Escuela Bíblica de señoritas de Tánger (1.953-1.956). De allí regresó a España como misionera ubicándose nuevamente en Barcelona donde fue pionera en la realización de Campamentos Bíblicos de verano para niños y jóvenes. También se dedicó a la enseñanza entre mujeres y en la Escuela Dominical tanto con los niños como en la preparación de maestros.
Me encantó su explicación del verso: “Id por todo el mundo”: “Estas palabras para mí fueron muy fuertes cuando las leí y comencé después en el ministerio en la Obra del Señor… más tarde me di cuenta que el mundo comenzaba a mi alrededor entre las personas con quienes vivía, con las que hablaba, con las que me tropezaba, eso era el mundo también…”
Otra anécdota que se me ha quedado grabada ha sido la que le ocurrió en un viaje en tren cuando volvía junto con otras jóvenes estudiantes de la Escuela Bíblica de Tánger a pasar el verano en España. Compartían compartimento con un joven que las observaba cómo cantaban y hablaban con entusiasmo. A la hora de comer el joven se marchó pero Antonia se había dado cuenta de que él no tenía comida y quizá por eso se había marchado. Decidió buscarle y ofrecerle un bocadillo. El joven se sorprendió por el ofrecimiento y comenzó a hacerles preguntas y cuando ellas compartieron el evangelio les confesó que no tenía equipaje porque había decidido suicidarse ya que las cosas no le iban bien. La historia es más larga pero solo deciros que finalmente el joven creyó en Jesús y se integró en una iglesia… me quedé pensando en cómo las cosas pequeñas (un bocadillo) pueden marcar la diferencia y aprendí (o recordé) que cuando el Señor nos ponga algo en el corazón debemos hacerlo sea grande… o pequeño.
En otro momento la autora escribe: “… Ahora que han pasado los años , voy sacando, del cofre de mis recuerdos, historias, experiencias vividas que quedaron grabadas en mi mente y que, al recordarlas, me hacen dar gracias a Dios viendo su mano, su poder y su gran misericordia…” y así van pasando los capítulos recordando las experiencias vividas en sus primeros años de creyente, el comienzo de los campamentos, las visitas a los pueblos a predicar el evangelio, su ayuda en el colegio evangélico de Barcelona, su trabajo como consejera en múltiples ocasiones y un largo etcétera. Para el final guarda una última confesión pero hay que leerlo para saber de qué trata…
En conclusión es un libro que he disfrutado leyendo y que me ha retado a consagrarme más al Señor. ¡Gracias Señor por personas que son un ejemplo de fe!
2 comentarios:
Ha sido muy bueno el libro. Y es verdad que es muy inspirador.
Es bueno que de vez en cuando leamos los mismos libros aunque para mí es imposible seguirte "la estela"...
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