Estoy en el último tramo de mi vuelta "a casa", y hoy comeremos en casa de mi hermana Esther, soy muy afortunada que la madre de Víctor y mi hermana vivan en el mismo bonito pueblo de Daimiel, así cuando vamos de visita podemos verlos a todos.
Pero este post está dedicado en cierta forma a los "que no volverán", no sé si sabréis que la semana pasada España vivió uno de los accidentes aéreos más graves de su historia (más de 150 muertos y muy pocos supervivientes) fue al despegar y hasta dentro de tres meses o un año no se sabrán las causas reales. Como he estado desconectada de las noticias no nos enteramos hasta un día después, pero enseguida empezaron a aparecer las historias que había detrás de cada familia... me llamó la atención una familia que vivía en un pueblo cercano al mío: la madre había aprobado su oposición a profesora como la número 1 y habían decidido irse a Canarias (un poco más lejos de lo habitual) para celebrarlo...
Y todo esto me ha hecho pensar en la brevedad de la vida, y que nuestra sociedad está viviendo sin tener en cuenta que hay un más allá y que es aquí dónde hay "arreglar" nuestra relación con Dios. Es mi deseo que en medio de todo ese dolor alguna persona pueda mirar hacia arriba, no para echarle la culpa a Dios sino para reconocer todo lo que Él ha hecho por amor hacia nosotros.
3 comentarios:
Eva, me quedo sin palabras en acontecimientos como este. Pero escribo para que sepas que al menos yo he leído tu post.
Ay, Eva, a mí también me dio tanta pena lo que sucedió en España, y bueno, ahora sucedió en otra parte del mundo.
Pero mi reflexión es como la tuya: la vida es frágil. No vivamos como si fuéramos dueños de la misma.
Estoy memorizando una hermosa porción de la Escritura y me encantó esta frase: "(Dios) ha prefijado el órden de los tiempos y los límites de (nuestra) habitación".
Hola Eva,tambien acompaño en el dolor a los españoles con este terrible accidente.Cuando estas cosas pasan todo toma otro color,quiza deberiamos mantener esta prespectiva siempre y no cuando sucede una tragedia.
Un abrazo.
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