El primer libro que acabo de terminar de
leer en este año 2020 ha sido "La
conquista de la voluntad: cómo conseguir lo que te has propuesto" de
Enrique Rojas. Ya os comenté que con bastante retraso he empezado a leer y
escuchar a este psiquiatra español pero me está resultando muy enriquecedor y
como dice el refrán, "más vale tarde que nunca".
Este libro es todo un alegato contra el
"me apetece... no me apetece" con el que tenemos que luchar (al menos
yo) cada día.
Aparecen varias definiciones del término
voluntad pero destaco la que dice: "la
voluntad es determinación, firmeza en los propósitos, solidez en los objetivos
y ánimo frente a las dificultades".
El autor explica que "no hay voluntad si no hay conocimiento de
la meta", por es imprescindible que tengamos objetivos claros.
La voluntad se puede "educar" y
me encanta cuando explica que "educar es promover, dirigir hacia metas
determinadas y atractivas... educar no sólo es conducir a alguien hacia lo
mejor, para sacar todo lo bueno que lleva dentro, sino hacer que esa persona
ame el esfuerzo, lo quiera, lo consienta, lo vea como positivo y
liberador".
La voluntad tiene dos orillas: una está
compuesta por la motivación y la ilusión; la otra por el orden y la constancia.
El libro enumera seis tipos de voluntad:
según la forma, el contenido, la actitud del sujeto, según la meta, según la
génesis y según fenomenología.
Según "su forma" se comienza con
una "voluntad inicial" con la cual se determina la meta a conseguir.
Continúa la "voluntad perseverante" en la que toma especial
relevancia los hábitos que con su repetición harán que se continúe lo iniciado.
A continuación necesitaremos la "voluntad capaz de superar las frustraciones"
no dándose por vencido sino teniendo capacidad de reacción. Por último está la "voluntad
para terminar bien la tarea comenzada" que culminará en una tarea hecha de
forma correcta y adecuada.
En contraste con la persona de voluntad
firme está la persona con poca voluntad que siempre está amenazada porque, poco
a poco, se vuelve más frágil y cualquier cosa, por pequeña que sea, le hace
desviarse de lo trazado.
El libro termina con 10 reglas de oro para
educar la voluntad, de entre ellas destaco las siguientes:
- La voluntad necesita un aprendizaje
gradual, que se consigue con la repetición de actos en donde uno se vence,
lucha y cae, y vuelve a empezar.
- Para tener voluntad hay que empezar por
negarse o vencerse en los gustos, los estímulos y las inclinaciones inmediatas.
- Cualquier aprendizaje se adquiere con más
facilidad a medida que la motivación es mayor.
- Tener objetivos claros, precisos, bien
delimitados y estables.
- Una persona con voluntad alcanza las
metas que se había propuesto con constancia.
- Una buena y suficiente educación de la
voluntad es un indicador de madurez de la personalidad...
Un libro recomendable, especialmente en los
tiempos que vivimos de querer conseguir los objetivos de manera rápida y sin
esfuerzo.
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