martes, 31 de julio de 2012

La iglesia…


Estaba tumbada en una esterilla en el césped que rodeaba a la piscina comunitaria, los  niños estaban muy entretenidos con sus amigos bañándose. No sabía por cuanto tiempo iba a “disfrutar” de la lectura del libro que suelo llevar en la bolsa. Cuando lo saqué no pude evitar sonreír al preguntarme que pensarían mis vecinos si se acercaban y me preguntaban qué libro estaba leyendo… El título es “El Dios olvidado: cómo revertir nuestra trágica desatención al Espíritu Santo”, así que me imaginé explicándoles: “estoy leyendo un libro sobre la tercera persona de la Trinidad…” . Bueno … ya saben que somos una familia algo “rara” y cómo dice el título de otro libro: mejor ser “Raros,  porque lo normal no está funcionando”. Pues estaba leyendo el libro y me encontré con el siguiente párrafo:
“La Iglesia ha de ser un hermoso lugar de comunidad. Un lugar donde se comparta la riqueza y donde, cuando uno sufre, todos sufren. Un lugar donde, cuando uno se regocija, todos se regocijan. Un lugar donde cada uno experimente verdadero amor y aceptación en medio de una gran sinceridad acerca de nuestro quebrantamiento. Sin embargo, la mayor parte del tiempo eso ni siquiera se acerca al modo en que describiríamos nuestras iglesias” (Francis Chan en su libro: “El Dios olvidado”).
Dejé de leer y oré porque yo sí quiero formar parte de una iglesia así…

4 comentarios:

Alejandro dijo...

Hablando con algun@s herman@s, me decían que en la actualidad hace falta un "avivamiento" en las iglesias, un despertar del sueño,... pero entiendo y creo que eso empieza por uno mismo, en las personas. Por un enamorarse del que ha tenido compasión y misericordia de nosotros; por un disfrutar de una buena intimidad con la única fuente de la verdadera paz; por una visión de las personas, de nosotros mismos y también del pecado que coincida con la visión que el Creador tiene; por una pasión por el que se entregó por nosotros...por creer que nuestra ciudadanía está en los cielos, no en la tierra, por creer que el Dios al que oramos fue el que abrió el Mar Rojo,... Que el Señor, que consuela nuestros corazones, haga que pertenezcamos a una iglesia que le honra. Gracias Eva, por tus edificantes reflexiones. Un fuerte abrazo.

Pepa dijo...

Tan solo Gracias por compartir esta reflexión y sinceramente deseo que El Señor abra nuestros ojos espirituales para ver la realidad y nuestro corazon para vivir la vida como Él lo hizo.
Gracias por compartirlo Eva! TQ

elim-el oasis de Eva dijo...

Gracias Alejandro por tus reflexiones y repito el final que escribiste: "que pertenezcamos a una iglesia que le honra..."
Un abrazo y mis deseos de bendición para tu vida.

elim-el oasis de Eva dijo...

Querida Pepa, hoy estaba escuchando (y cantando) la canción de "Abre mis ojos oh Cristo...". ¡Que siempre fijemos nuestros ojos en Cristo! Un abrazo muy fuerte y deseo que el Señor os bendiga mucho como familia.