Ya hemos comentado
dos hábitos que nos ayudarán a tener una vida saludable:
Hábito número uno: lee la Biblia, cada día.
Hábito número dos: ora sin cesar.
Añadimos ahora el
hábito número tres: escoge obedecer los
mandamientos de Dios, siempre.
Cuando utilizo la palabra
"mandamientos" no me estoy refiriendo sólo a los conocidos como "10
mandamientos" sino a toda la enseñanza que encontramos en la Biblia. En Deuteronomio 11:1 se nos recuerda: "Amen al Señor su Dios y cumplan
siempre sus ordenanzas,
preceptos, normas y mandamientos."
Hay que obedecer no solo en las cosas grandes, que todos solemos aceptar, sino
también las pequeñas.
En Josué 1:8 está escrito: "Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y
de noche meditarás en él, para que
guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces
harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien."
El mismo Jesús dijo en Juan
14:23 "El
que me ama, obedecerá mi palabra, y mi Padre lo amará, y haremos nuestra
vivienda en él". Y en Juan 14:15 "Si me amáis, guardad mis mandamientos."
Para obedecer hay que conocer por lo cual este
hábito se complementa con el primero que consistía en leer la Biblia.
Para "bajar al
suelo" en lo que consiste este hábito estoy pensando en algunos ejemplos
prácticos:
- Ante la
posibilidad de decir una mentira que me saque de un apuro... elijo obedecer y decir
la verdad. Efesios 4: 25 " Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo"
- Ante la decisión
de divorciarme por "cualquier causa"... elijo obedecer y buscar una
solución. Mateo 19:6 "Por tanto, lo que Dios ha unido, que no lo separe el
hombre" (pongo entre comillas "cualquier causa" porque el pasaje
bíblico lo menciona y porque sí creo que puede haber causas para el divorcio).
- Si pienso que los
impuestos son injustos... elijo pagarlos. Mateo
22 17 "Dinos, pues, qué te parece:
¿Es lícito dar tributo a César, o no?... 20 Entonces les dijo:
¿De quién es esta imagen, y la inscripción? 21 Le
dijeron: De César. Y les dijo: Dad,
pues, a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios."
La lista podría
seguir...
Reconozco que no es
fácil incorporar este hábito en el día a día pero concuerdo con lo que escribió
el Dr. Stanley: "Dios tiene un plan para nuestro bien, y es una insensatez no obedecerlo... no
tenemos idea de lo que Dios hará en y por medio de nosotros, si nos
comprometemos a vivir en obediencia a Él."
Hábito número 3: escoge obedecer los mandamientos de
Dios, siempre.
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