Seguimos con la lista de indicadores de la
madurez en la personalidad (lee la primera parte si quieres tener la visión
completa) desarrollados por el Dr. Enrique Rojas y aquí solo enumerados:
8/ El
autocontrol
(capacidad de controlarse a sí mismo). El gobierno más difícil es el gobierno
de uno mismo. Lógicamente en una sociedad permisiva, en la cual se aceptan todos
los comportamientos como válidos, es más fácil que el ser humano pierda el
control.
9/ La
capacidad para convivir: la convivencia. Es importante la convivencia en el
contexto de la vida diaria. Hay demasiados hogares rotos, familias
desordenadas, sin orientación, donde cada uno va por su lado. La convivencia
sería la capacidad de aceptar al otro, de quitarle importancia a los problemas,
de saber ceder.
10/ La
responsabilidad.
Una persona es responsable cuando responde con hechos a ciertas obligaciones
contraídas. Tener responsabilidad significa también tener unos criterios firmes
de actuación, tener ideas claras. Cabe destacar la responsabilidad en la
fidelidad a los compromisos contraídos, aunque esto no esté de moda hoy en día.
11/ Una persona madura tiene situada la sexualidad en tercer o
cuarto plano. Hoy en día la sexualidad no está reprimida sino
comercializada y hay más neuróticos que nunca... La educación sexual se
explicaría como educación de la afectividad para el amor.
12/ Es
lo más independiente posible de la gente en el mejor sentido de la palabra. Le afecta poco el
qué dirán. Tiene capacidad de ver los hechos de forma moderada, darle a las
cosas la importancia que realmente tienen. No busca la aprobación de los demás.
Acepta fallos de la conducta y los toma como aprendizaje de la vida.
13/ Un
indicador relativo de madurez sería también tener una cierta salud física. Saber cuidarse y
saber enfrentar las enfermedades.
Tengo que decir que estos indicadores de la
madurez me han hecho pensar al respecto en cuanto dónde estoy yo, de hecho, los
dejo escritos por aquí para poder repasarlos hasta interiorizarlos. Espero que
a ti también te ayuden y ya sabes… “decirse la verdad” siempre en una buena
cosa.
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