“Somos libres solo en la medida en que
hacemos lo que Dios nos creó para hacer: servirle”. Con estas palabras del teólogo Timothy Keller queremos daros la bienvenida a una nueva entrevista en
“Conversaciones desde el desierto”.
Hoy nos acercamos hasta Puertollano para
saludar a Carmen Arenas.
- Hola Carmen
- Carmen, siempre
comento con mis invitadas que comencé estas entrevistas durante el
confinamiento debido a la pandemia con el deseo de preguntar a mujeres
cristianas cómo su fe les estaba ayudando a enfrentar esta situación y que
compartieran un texto de la Biblia que les hubiera hecho reflexionar en esta
época.
“Cuando
llegó el confinamiento empezamos a
pensar en cómo seguir cuidando de la iglesia desde nuestra casa, ahí empezamos
a buscar dirección y sabiduría de Dios y a pensar en recursos que teníamos a
nuestro alcance: grabar predicaciones y mensajes para watsap, llamadas
telefónicas especialmente a nuestros mayores (los grandes aislados en esta
crisis global) porque muchos de ellos se quedaron aislados geográficamente de
sus hijos, de sus familiares, de la iglesia,
pero también se quedaron aislados tecnológicamente.
Pero también
recobró un vigor especial el recurso, el gran regalo que es la oración… El gran
regalo de la intercesión, no podía saltarme el estado de alarma, pero podía
pedir a Dios, al Dios de todo poder, de todo consuelo, de toda esperanza… por
un número ilimitado de personas. ¡Es extraordinario!
Pero
más extraordinario aún es saber que Cristo intercede delante del Padre por
nosotros. Y con esto en mente me fui al texto donde Jesús está pidiendo al
Padre por sus discípulos y por los que habrían de creer, es decir nosotras y
todos los que llegarán a conocerle hasta el final de los días , me estoy
refiriendo al texto del evangelio de Juan 17:1, 13-23
Esta oración se podría dibujar en forma de cruz: Jesús
empieza mirando hacia arriba, al Padre; y después mira hacia los lados, sus
discípulos- nosotros e intercede por todos ellos.
Texto Juan 17: 13,15, 17, 20,21
v.13“Ahora voy a ti; y hablo
esto en el mundo, para que tengan mi gozo cumplido en sí mismos.
15. No ruego que los
quites del mundo, sino que los guardes del mal
17. Santifícalos en tu
verdad; tu palabra es verdad
20. Mas no ruego solamente
por éstos, sino también por los que ha de creer en mí por la palaba de ellos,
21. Para que todos sean
uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste
v.24 Padre, aquellos que me
has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo, para que van
mi gloria que me has dado”
Intentando resumir esta oración
se centra en tres áreas claves, y para recordarlas mejor voy a usar tres
palabras que empiezan por C
1. Carácter: desea
que el gozo esté presente en nosotros, que seamos transformados- santificados
con la verdad, y que seamos guardados del mal. No pidió que todos nuestros
sueños se hicieran realidad, no pidió que siempre tengamos salud, no pidió que
tuviésemos prosperidad creciente… su voluntad no es nuestra felicidad, tampoco
nuestra comodidad pero SÍ nuestra santidad
2. Comunión: Que
sean uno en nosotros y como nosotros. Eso ya daría para mucho. La unidad en la
familia de la fe es siempre la voluntad de Dios, una comunión y unidad que es
consecuencia de estar apegados al Señor, buscando que Él sea honrado, que su
Palabra sea respetada y obedecida. Es una comunión que Dios nos da, no tenemos
que fabricarla nosotros, aunque sí la podemos romper cuando nuestro carácter no
es santificado, cuando no entendemos bien nuestra identidad, nuestro propósito
y nuestro destino.
3.
Comisión: El deseo de Jesús es
que el mundo crea, que muchos más crean y sean salvos.
La obra
de Jesús fue perfecta, su vida perfecta, su mensaje perfecto… pero ahora las
personas se hacen una idea de cómo es Jesucristo mirando cómo somos los
cristianos, así que nuestro carácter y el modo en que nos amamos es la mayor
muestra de que verdaderamente el evangelio es real y poderoso, o por el
contrario nuestro carácter y nuestra falta de comunión puede convertirse en una
barrera que estorbe a muchas personas a creer en Cristo.
Cuando
pienso que Jesús está intercediendo por nosotros y por muchos que han de creer
en su nombre, sé lo que es importante para Él: nuestro CARÁCTER, la COMUNIÓN
fraternal y la COMISIÓN.
Cuando
esto ocurre en nuestras vidas el resultado es que experimentamos el GOZO de
Cristo, ese gozo cumplido que Jesús pide al Padre que esté en nosotros v.13
Hay
gozo en nuestras vidas cuando vivimos teniendo clara nuestra identidad: somo
sus hijas amadas, y hay gozo cuando vivimos de acuerdo al propósito para el que
fuimos creadas que es glorificar a Dios. Y aquí Jesús nos deja ver en qué
manera glorificamos a Dios y es en eso que centra su intercesión.
Nuestro
Carácter que es transformado por la Palabra, la Comunión con los hermanos y la
Comisión de comunicar el evangelio para que otros puedan creer.
- Muchas gracias Carmen
por todo lo que has compartido espero que todas las personas que nos están
acompañando se sientan animadas a leer la Biblia y a conocer de forma personal
a ese Dios que perdona, restaura, sana y ama, porque ese es nuestro Dios… que
el Señor te guarde y bendiga siempre. Y
para terminar solo me queda despedirme hasta la próxima entrevista, que el
Señor os cuide y guarde vuestros corazones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario