En la
anterior entrada os hablaba de la canción “It is well with my soul” (“Mi alma
está bien”) escrita por Horatio Spafford en 1.873. Este himno se ha convertido
en un clásico conocido internacionalmente e interpretado por multitud de coros
y solistas. En el siguiente enlace de wikipedia podéis conocer toda la historia
que hay detrás de las profundas y sentidas palabras de este himno. También en
el blog de “Destellos del góspel” le dediqué una entrada especial bajo el
título: A
pesar de todo lo que ocurra: “It is Well with My Soul”. (“Está bien con mi
alma”). Precisamente allí traduzco la letra que vuelvo a incluir aquí:
“Cuando
paz como un río sea mi camino,
Cuando las penas sean como las olas del mar,
cualquiera que sea mi suerte, me has enseñado a decir:
Está bien, está bien con mi alma.
Cuando las penas sean como las olas del mar,
cualquiera que sea mi suerte, me has enseñado a decir:
Está bien, está bien con mi alma.
Coro:
Está bien… Está bien…
Está bien con mi alma, está bien.
Está bien con mi alma, está bien.
A
pesar de que Satanás me abofetee,
a través de las pruebas que vendrán,
Esta es mi seguridad,
Que Cristo ha mirado mi estado indefenso,
y ha derramado su propia sangre por mi alma.
a través de las pruebas que vendrán,
Esta es mi seguridad,
Que Cristo ha mirado mi estado indefenso,
y ha derramado su propia sangre por mi alma.
Mi
pecado, ¡oh, la felicidad de este glorioso pensamiento!
Mi pecado, no en parte, sino todo,
Es clavado en la cruz, y ya no lo llevo más,
Alabado sea el Señor, alabado sea el Señor, alma mía!
Mi pecado, no en parte, sino todo,
Es clavado en la cruz, y ya no lo llevo más,
Alabado sea el Señor, alabado sea el Señor, alma mía!
Para
mí, sea Cristo, sea Cristo para mí el vivir.
Si el Jordán se despliega ante mí,
No habrá dolor, ni en muerte ni en vida,
Tú me susurrarás tu paz a mi alma.
Si el Jordán se despliega ante mí,
No habrá dolor, ni en muerte ni en vida,
Tú me susurrarás tu paz a mi alma.
Pero
Señor, es por ti, por tu venida que esperamos,
El cielo, no la tumba, es nuestra meta;
¡Oh, trompeta del ángel! ¡Oh, voz del Señor!
Bendita esperanza, bendito descanso de mi alma.
El cielo, no la tumba, es nuestra meta;
¡Oh, trompeta del ángel! ¡Oh, voz del Señor!
Bendita esperanza, bendito descanso de mi alma.
Y
Señor, espero el día cuando mi fe sea vista,
Las nubes se enrollarán como un pergamino;
La trompeta resonará, y el Señor descenderá,
Y aún así, está bien con mi alma…”
Las nubes se enrollarán como un pergamino;
La trompeta resonará, y el Señor descenderá,
Y aún así, está bien con mi alma…”
2 comentarios:
¿No es esto "Destellos del Gospel"?.
Víctor es que en este oasis nos movemos "a ritmo de góspel".
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