La semana pasada escuchaba
una conferencia titulada “La familia
como refugio de esperanza en tiempos de crisis”, uno de los conferenciantes
decía que cada familia debía aprender a generar códigos propios que la
identificaran. Durante esta pandemia producida por la Covid-19 nosotros, como
familia, hemos estado grabando Salmos de la Biblia. Ha sido bonito hacerlo “en
familia”. El último que hemos grabado es el Salmo 121… que comienza con una
pregunta trascendental que toda persona debería hacerse: “¿de dónde ha de venir
mi ayuda? El salmista lo tenía claro: “mi ayuda proviene del Señor, creador del
cielo y de la tierra”. Una pregunta para ti, que estás leyendo… ¿de dónde viene
tu ayuda?
Salmo
121
A las montañas levanto mis ojos;
¿de dónde ha de venir mi ayuda?
2 Mi ayuda proviene del Señor,
creador del cielo y de la tierra.
3 No permitirá que tu pie resbale;
jamás duerme el que te cuida.
4 Jamás duerme ni se adormece
el que cuida de Israel.
5 El Señor es quien te cuida,
el Señor es tu sombra protectora.
6 De día el sol no te hará daño,
ni la luna de noche.
7 El Señor te protegerá;
de todo mal protegerá tu vida.
8 El Señor te cuidará en el hogar y en el camino,
desde ahora y para siempre.
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