Gracias
a una amiga, que compartió uno de sus libros conmigo, he podido leer la biografía titulada: “The
voice that woke the world” (“La voz que despertó el mundo”) de George
Whitefield (1.714-1.770). En múltiples ocasiones había oído hablar sobre el
“despertar” espiritual que se había producido en Inglaterra y EE.UU. en varias
épocas, una de ellas coincide con la predicación que de forma itinerante llevó
a cabo George Whitefield.
Es
muy interesante observar el proceso que llevó a Whitefield a pasar de querer
conseguir la salvación de su alma mediante sus propios esfuerzos humanos
hasta descubrir por medio de su lectura de la Biblia de que la salvación se
obtenía por fe mediante el “nuevo nacimiento” que Dios opera en la persona
arrepentida. Éste sería el mensaje que
estuvo proclamando desde su primera predicación, siendo muy joven, hasta la noche del día de su muerte. En ese
transcurso de tiempo visitó las colonias británicas en América varias veces, viajando también a Escocia, Irlanda, Gales… haciendo su labor
de predicación al aire libre principalmente. Contaba con una voz prodigiosa y
de gran alcance por lo que el mensaje podía ser
escuchado por audiencias de miles de personas.
Si queréis saber más sobre la vida y obra de George
Whitefield en español podéis leer este enlace de la Wikipedia y este otro que aparece en la página web de una iglesia de Ciudad Real.
De todo lo que he leído hay varias cosas que me llaman la
atención, una de ellas es la oración que hizo al llegar a Londres: “Despierta
esta ciudad para ti, Señor Jesús”. Pensé
en si cada creyente…, cada día…, intercediéramos por la ciudad en la que
vivimos de esta manera sencilla pero a la vez estuviéramos dispuestos a ser
parte de la contestación de Dios…
También en una ocasión le dijeron: “No tienes todavía 24
años y Dios te ha dado un ministerio a través de Inglaterra y América. Tu nombre
es bien conocido en Irlanda, en Gales y en Escocia también.” A lo que
Whitefield contestó: “Dios está bendiciendo Su obra… y solo puedo darle la alabanza
a Él”. Por un lado vemos su juventud pero también su madurez al darle toda la
gloria a aquel que lo había llamado… Muy bien se podrían aplicar en él las
palabras de Pablo a Timoteo: “Ninguno
tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra,
conducta, amor, espíritu, fe y pureza…” (1Ti 4:12).
También me llama la atención la oposición que sufrió tanto de las
personas que no tenían temor de Dios y que veían peligrar sus negocios de
bebida y espectáculos como de los “religiosos oficiales” que le cerraron las
puertas de sus iglesias para que no predicara en ellas. Pero Dios abrió una
nueva puerta y Whitefield empezó a predicar en las calles y en los campos lo
que permitió que más personas oyeran el evangelio, algunas de las cuales nunca habrían
entrado en el local de una “iglesia oficial” de la época…
Whitefield es recordado como “la voz que despertó al
mundo” (se piensa que fueron varios millones de personas en total los que escucharon su predicación a lo largo
de su ministerio) pero quizá lo importante… es si su ejemplo puede despertarnos a ti y a mí…
Encontré
este video titulado “George Whitefield and the 18th Century Revivals”
como está tanto en inglés
como español aquí os lo dejo por si tenéis el tiempo y el interés para verlo:
1 comentario:
¡Wow! Mi querida Eva, muchísimas gracias por colocar esto. Sabía algunas pocas cosas de Whitefield, pero después de haber escuchado este relato, pensaba que lo que nos falta hoy en día a todos los que decimos que creemos en Cristo es ¡PASIÓN POR ÉL!
El Señor a través de su Espíritu nos siga moviendo, teniendo nuestra vista puesta en la eternidad cuando hemos de estar con Él.
Besitos.
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