Acabo de escuchar este video musical gracias a una amiga de FB. He disfrutado oyendo las dos canciones que interpretan, las he cantado con mi corazón (es de noche... no es cuestión de despertar a los niños...).
En la primera he recordado que el Señor es mi socorro en tiempos de dificultad, que su diestra es la que me ha sostenido hasta aquí y lo seguirá haciendo por la eternidad...
La letra dice:
Temprano yo te buscaré,
de madrugada yo me acercaré a Ti,
mi alma te anhela y tiene sed
para ver tu Gloria -- y tu Poder.
Mi socorro has sido Tú,
en la sombra de tus alas yo me gozaré,
mi alma está apegada a Ti,
por que tu diestra -- me ha sostenido,
oh, tu diestra me ha sostenido...
Recuerdo que la segunda canción la he cantado muchas veces de joven, no era de mis preferidas, pero hoy ha adquirido un nuevo significado, él lo sabe todo de mí y aún así me ama..., y conoce mis intenciones y motivaciones... y me da su paz...
La letra dice:
Tus ojos revelan que yo nada puedo esconder
Tus ojos revelan que yo nada puedo esconder
que no soy nada sin ti, Oh fiel Señor.
Todo lo sabes de mí cuando miras el corazón,
todo lo puedes ver muy dentro de mí.
Lleva mi vida a una sola verdad
Que cuando me miras nada puedo ocultar
Sé que es tu fidelidad que lleva mi vida más allá
de lo que puedo imaginar.
Sé que no puedo negar que tu mirada puesta en mi
me llena de tu Paz.
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5 comentarios:
Preciosas alabanzas a nuestro Señor. Nos conectan directamente con Él de una manera íntima e inexplicable...
Gracias Eva por poner estas canciones, la verdad es que "Temprano yo te buscaré" es una de mis preferidas, la otra no la habia escuchado antes pero es muy bonita y nos acerca a Dios ¿verdad? Bendiciones.
Querida Beatriz, ayer estuve un buen rato escuchando alabanzas y el tiempo pasó rapido. Es cierto que de alguna manera nos acercan a nuestro gran Dios. Un abrazo y gracias por pasar y comentar.
Myriam he estado buscando el texto bíblico en el que se basa la canción "Temprano yo te buscaré", se trata del Salmo 63:6-8. La verdad que es una oración muy íntima de comunión con Dios: verlo a Él como nuestro socorro e imaginarnos que estamos a la sombra de sus alas y que su mano nos sostiene... ¡precioso!
Precioso
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