Y a propósito de la niebla quiero contaros una anecdota que le oí a Eric Bermejo (conocido misionero en España e Inglaterra). Nos contaba que un día estando en algún lugar de Inglaterra salió a pasear por el campo. Todo estaba precioso, tanto que pudo cantar, orar y meditar de una manera espontánea. Tan buena fue la experiencia que al día siguiente se propuso hacer lo mismo pero de pronto una densa niebla empezó a cubrirlo todo. Los preciosos paisajes se perdieron entre la neblina, no hubo canciones ese día y solo quedaba volver a casa, pero un pensamiento se quedó en su mente: "hay veces que sentimos a Dios de una forma muy real y cercana, otras veces puede que no, pero no lo dudes, Dios está siempre ahí, no dejes que la niebla te impida verle."
Años de sangre
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Os presento en esta entrada Años de sangre, de José M. Carrera (Laetoli,
2024) un original libro que nos a cerca a un momento crucial de nuestra
historia...
Hace 19 horas
6 comentarios:
Buena anécdota. Gracias.
Nada más cierto. Aquí ha hecho frío también.
Muy lindo, gracias por compartirlo.Amo la niebla de Dios tanto como su claridad.
Un abrazo.
Hola Keila, Tinker y Brisa, hoy el día ya aclaró e incluso el hielo está desapareciendo, pero lo mejor saber que Él siempre ha estado, está y estará con nosotras.
Eva, gracias por tu comentario, era lo que necesitaba oir. Aquí ahora mismo está lloviendo y también hubo algo de niebla esta mañana. Voy leyendo con atraso tu blog, pero mas vale tarde que nunca. Un beso, y saludos a la familia.
Hola Noemi, me alegra saber que te hizo bien la reflexión, espero que todo vaya bien, especialmente con Andrea. Besos para ti y la familia.
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