22 Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia,
benignidad, bondad, fe, 23
mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. (Gálatas 5:22-23)
El fruto del Espíritu Santo es singular,
todas las cualidades deben manifestarse en cada creyente. De manera conjunta
hemos estado compartiendo cada una de estas manifestaciones en la iglesia. Os
dejo algunos apuntes de la que me tocó compartir a mí… “la benignidad”.
Benignidad: ser amable y
compasivo con los demás, mostrando una disposición bondadosa. Tiene que ver con
reflejar el carácter de Cristo en el trato con los demás.
Algunos reconocidos teólogos han hablado de
ella:
John
Stott:
un acto activo de bondad y misericordia. Se demuestra en acciones prácticas que
benefician a otros. Es la manera de expresar el amor de Dios en las relaciones
personales.
Wiersbe: una disposición que
no sólo tiene buenas intenciones, sino que actúa para satisfacer las
necesidades de los demás. No solo implica que no se quiere el mal para otros,
sino que hay un esfuerzo por hacer el bien. Realizar acciones concretas que
buscan beneficiar a otros sin esperar nada a cambio.
Charles
Spurgeon:
el amor en acción. Se muestra en la disposición de ver y responder a las
necesidades de los otros.
J. I. Packer: inclinación a ayudar
y servir a los demás sin condiciones. Más allá de las emociones, se trata de un
compromiso práctico y constante de hacer el bien.
Dificultades
que vamos a encontrarnos:
- Respuesta negativa o
rechazo: pensar que nuestros esfuerzos son en vano, puede ser frustrante o
desalentador. Puede no haber reciprocidad.
- Ser benigno implica
dejar de lado los resentimientos y estar dispuesto a ayudar aún a los que nos
han hecho daño.
- Falta de tiempo o de
energía: las muchas responsabilidades y el agotamiento pueden hacer que
perdamos la paciencia y la disposición de ser amables y compasivos.
- Que se aprovechen de
tu bondad. Aprender a ser benignos sin permitir que otros abusen.
- Mirar a otros y ver
la falta de modelos, y dejarte llevar.
- El mayor obstáculo es
nuestro orgullo. Nuestra inclinación natural a priorizar nuestros intereses y
bienestar.
Ejemplos
prácticos:
- Escuchar atentamente.
- Ayudar a alguien en
una tarea.
- Tener paciencia en un
atasco o en una fila larga.
- Perdonar.
- Realizar actos de
bondad con desconocidos.
- Reconocer el esfuerzo
de otros.
- Mostrar comprensión
en las discusiones familiares.
- Compartir: comida,
libros, herramientas…
- Orar por quienes nos
causan dificultades.
- Mostrar amabilidad y
respeto en las RR. SS.
- Acompañar a quien
está pasando por momentos difíciles.
El mayor ejemplo de benignidad lo encontramos
en Jesús tanto en su vida como en su muerte en la cruz a nuestro favor. ¡Que el
Señor nos ayude por su Espíritu para que reflejemos el amor de Dios a través de
nuestra benignidad!