En el espacio "Buenasnoticias tv" de la 2 de tve emitieron un programa dedicado al cementerio "inglés"de Linares (Jaén), que un día perteneció a la colonia inglesa afincada allí
pero que ahora pertenece a la comunidad evangélica. Si queréis conocer la
historia "detrás" de este cementerio os recomiendo escuchar los menos
de 15 minutos que dura el reportaje, pero ahora quiero compartir algunos
recuerdos que vienen a mi mente al pensar en este cementerio donde están
enterrados muchos conocidos, amigos, mis abuelos maternos y paternos y ahora
hace casi un año mi padre...
Si me voy hasta mi
niñez recuerdo que cuando se acercaba el 1 de noviembre iba con mi madre (y con
otras muchas personas de la iglesia, principalmente mujeres) ya que tenían cada año
que "blanquear" el lugar ya que debido a que este cementerio está al
lado del municipal muchas personas se acercaban también para visitar las tumbas
de algún familiar o solo para curiosear cómo era el cementerio
"protestante"... recuerdo cómo fielmente algunas personas de la
iglesia aprovechaban la oportunidad para que cada visitante se llevara un
folleto donde se explicaba el evangelio.
El cementerio me
parecía bonito... en realidad es cómo un jardín, aunque también me asustaba un
poco saber que allí estaban tantas personas enterradas. Paseaba leyendo los
versículos de las lápidas y cuando llegaba a las lápidas inglesas me conformaba
con ver las fechas ya que no sabía inglés... Me asombraba ver tumbas de niños,
algunos de meses y mi madre me comentaba que antes es que también morían muchos
niños por enfermedades... Detrás de cada lápida sabía que había una historia, que en la mayoría de los casos yo desconocía en ese momento. Después y gracias a que mi padre hizo un trabajo de investigación sobre los misioneros ingleses afincados en Linares pude conocer algo más, como la historia de Claudia Chesterman (su tumba está a la entrada del cementerio), joven misionera que murió de tifus pero antes ya nos había dejado como legado la traducción del conocido libro "Cheques del banco de la fe" de Spurgeon.
Conforme fui
creciendo me tocó asistir a algunos entierros, en especial no puedo olvidar el
de Eva Olmo que con solo doce o trece año murió de cáncer (yo tenía 15). Fue
impresionante ver a todas las personas que asistieron (del colegio, del
conservatorio de música, del barrio, de las iglesias evangélicas de la zona). Creo
que fue la primera vez donde fui consciente que todos tenemos una "fecha
de caducidad" y que ésta puede ser en cualquier momento.
Ahora cuando voy a
visitar este cementerio y paseo entre sus lápidas se entremezclan una cierta
nostalgia por todos aquellos que un día conocí y ya no están pero a la vez leo
los textos bíblicos esculpidos en ellas y recuerdo que los que creemos en Jesús
sabemos que no todo termina aquí... tenemos esperanza de una nueva vida después
de ésta... ¿Tienes tú esa esperanza?