Estas son las vistas desde el balcón de casa de mis padres. Han variado poco desde mi niñez: al fondo sigue estando la torre de la iglesia de San Agustín. ¿Cuántas veces habré mirado desde este balcón...? ¿Cuántas veces imaginé que estaba en un avión y viajaba por el cielo...? Pero antes me parecía todo más grande... y ahora que me fijo hay un tejado que se está cayendo, ese tejado antes estaba bien pero el paso del tiempo y el abandono de sus propietarios han hecho el resto. Seguramente empezó con unas pequeñas grietas que al no ser arregladas fueron año tras año haciéndose mayores. Un pensamiento viene a mi mente: si no arreglamos las cosas pequeñas de nuestra vida (en nuestras relaciones, hábitos, pensamientos....), un día nos encontraremos “con el techo sobre nuestras cabezas”.
“Manteneos alerta; permaneced firmes en la fe;
sed valientes y fuertes”
(1Co 16:13 NVI)
4 comentarios:
Es cierto, buena reflexión. Que el verano te siga llenando de detalles querida Eva.
Un abrazo.
Qué lindo lo haces Eva. Sacas una reflexión de algo cotidiano y nos haces ver la similitud de las cosas que pueden aparecer en nuestras vidas si dejamos que se nos pase el tiempo sin ningún arreglo tal como esta casa y el techo.
El Señor te continúe bendiciendo.
Te sigo leyendo en cuanto me de el tiempo (ando en las EBV)
Pues eso espero Brisa, aunque a veces por no tener la cámara preparada hay muchos detalles que me gustaría compartir pero se quedan en mi mente. Un abrazo
¡Qué bien que puedas ayudar en la EBV (es la Escuela Bíblica de Verano, ¿verdad?). Un abrazo querida Isa.
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