Estoy en el ecuador de este libro y aquí os presento algunas de las frases ("destellos ") que me han llamado la atención. Estoy leyéndolo con un lápiz en la mano, es una costumbre mía el rayar los libros y poner marcas, así cuando los repaso veo que fue lo que consideré importante. (No os precocupéis que si me prestáis un libro también sé cuidarlo...)
Es un libro práctico y la autora habla "de corazón a corazón", los versículos bíblicos son muy apropiados y lo que no imaginé cuando empecé a leerlo es que no iba a estar de acuerdo con todas las conclusiones de la autora. (Yo me tenía por "conservadora" en ciertos temas pero ella me gana, cuando lo termine prometo explicarme mejor).
Aquí van algunos "destellos":
- Hablando sobre nuestro tiempo devocional, lo describe como: "¡Separada del mundo y escondida de la vista pública, intercambio mis preocupaciones por su fortaleza, mis debilidades por sus soluciones, mis cargas por su libertad, mis frustraciones por su paz, mi confusión por su calma, mis esperanzas por sus promesas, mis aflicciones por su bálsamo de consuelo, mis preguntas por sus respuestas, mi confusión por su conocimiento, mi duda por su afirmación, mi nada por lo imponente de su ser, lo temporal por lo eterno, y lo imposible por lo posible."
- "... describa el tipo de mujer que desearía ser en lo espiritual de aquí a un año..."
- "Usted no puede descuidar a la persona por la que está orando. Cuando nos entregamos en oración por las demás personas, nos vemos involucradas de forma maravillosa en sus vidas"
- "Si Él no lo suple, ¡usted no lo necesita!"
- "¿Está ofreciendo el regalo del liderazgo a su esposo a través de la actitud de un corazón sometido?"
- "Póngase una meta. Tome la resolución de no hablar en forma destructiva sobre su esposo, sino de bendecirlo en cada oportunidad".
- "Para resumir, la esposa que ama a su esposo es una esposa que ora, planifica, prepara, agrada, protege, da amor físico, respuestas positivas, y luego ¡sigue orando!"
- "Sus hijos, no los niños de la iglesia; ni las mujeres de la iglesia; ni las amigas, o las vecinas, o cualquier otra persona, sino sus hijos, son los que deben recibir los primeros frutos de su ardiente pasión personal (por enseñar la Biblia)."
Y hasta aquí estos destellos... ¿no te dan ganas de leerlo?