Os presento el que ha sido mi libro de este
verano 2025. Se trata de “En trabajos y
fatiga: cartas desde el campo de misión” compilado y escrito por José María
de Rus y editado por la editorial Clie.
Para mí es un libro muy especial ya que trata
del comienzo de la obra evangélica en un punto concreto de nuestra geografía
española (que coincide con mi zona de nacimiento y juventud): la provincia de Jaén. El libro se
centra principalmente en la ciudad de
Linares, pero las historias se conectan con otras localidades cercanas como
La Carolina, Guarromán, Baños, Bailén y Santa Elena, extendiéndose otras veces
más lejos a los pueblos de las diferentes sierras jienenses.
Las cartas se presentan en orden cronológico,
comenzando en 1870 y terminando en el
año 1956. Son principalmente cartas que los diferentes misioneros, que iban
pasando por esta zona, enviaban a “Echoes of Service” en Bath (Inglaterra) y que eran publicadas en la revista del mismo
nombre.
De la mano de estas familias misioneras
podemos adentrarnos en cómo era la vida diaria y la cultura de las diferentes
épocas e ir viendo cómo estos pueblos andaluces fueron desarrollándose. Por
ejemplo, los primeros viajes se hacen en caballo y mulos, después en carruajes,
hasta la llegada del lento, pero más seguro ferrocarril.
En la ciudad de Linares convivieron por
muchos años dos “servicios o cultos (así era más común llamarlos) religiosos”
uno de habla inglesa (ya que, al ser una tierra minera, muchos ingenieros y sus
familias vinieron a vivir en esta zona y eran “protestantes”) y otro de habla
española para todas aquellas personas que abrazaban el puro y sencillo evangelio
que se les presentaba y que les libraba de la religiosidad vacía de la época.
Se fueron alternando épocas de libertad con
otras de persecución y rechazo (pérdidas de trabajo, retrasos en los entierros
por no entregar la llave del cementerio, incluso hubo un asalto al local de
reuniones de la iglesia de Linares en C/ Cambroneras), pero el evangelio avanzó
y enraizó en algunos lugares viendo su fruto aún en nuestras fechas.
La lectura de este libro me ha animado en
varios sentidos: por un lado, veo la intencionalidad
de los creyentes al visitar los diferentes pueblos, haciendo lo que leemos en
el evangelio: buscar a “personas de paz”
que abrían sus casas e invitaban a sus vecinos a oír las historias sagradas
y escuchar los bonitos himnos. A partir de ahí, si podían alquilar una sala o
local más adecuado se hacía, como en el caso de Guarromán, La Carolina, Bailén
y Baños. Por otro lado, veo la fidelidad al Señor de tantas personas, en “trabajos y fatigas… sí, pero también con
gozo y esperanza”.
Al mirar atrás en estas historias
fotografiadas a modo de cartas veo la cadena de personas que hicieron que el
evangelio llegara hasta mi familia (incluida yo). Me alienta y me reafirma en
saber que ahora el trabajo de sembrar el evangelio en nuestra generación no es
en vano, porque hasta que el Señor venga la cadena de transmisión de la fe
seguirá adelante.
P.D. En próximas entradas os contaré algunas
de las historias que más me han llamado la atención y también me gustaría dejar
reflejadas a las diferentes familias que vinieron a traer a la calurosa tierra
de Jaén el evangelio.
P.D. 2. Si estás interesado/a en obtener este
libro ponte en contacto con la iglesia evangélica en C/ Cambroneras de Linares
a través de su página web: https://iglesiaevangelicalinares.com